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El viaje del que se nutren las fuentes y la inspiración del creador de Comacini Spazi, comienza en el barroco andaluz de la ciudad de Antequera.
El pan de oro, el arte sacro y el mármol del Torcal son sus primeros referentes estéticos y los que hicieron que la pintura, la escultura y el mobiliario antiguo se convirtieran en una muy temprana pasión.
Con el tiempo, el descubrimiento de la decoración francesa del siglo XIX supuso un punto de inflexión en sus influencias estéticas, concretamente de la mano de profundizar en la influencia de una paisana cercana como fue la granadina Eugenia de Montijo.
Y efectivamente, Eugenia de Montijo fue una española que llevó a la corte francesa la influencia de la decoración y la artesanía española, que junto a la tendencia del romanticismo hacia lo exótico y el “orientalismo” conformaron un estilo tan único como influyente en el resto del continente.
El viaje que termina de conformar el estilo propio y que solo de forma simplista se podría describir como ecléctico, recaba en Italia, reivindicando el clasicismo en su concepción más amplia, recuperando del olvido la figura de los maestros Comacini, que fueron un grupo de artesanos italianos que, tras la decadencia del Imperio Romano y el progresivo abandono de los oficios que hicieron tan grande el arte y la arquitectura del imperio, deciden reunirse y organizarse como una auténtica logia del arte para revitalizar de nuevo esos oficios que languidecían al comienzo del medievo.
Y ciertamente este viaje que va desde el pan de oro barroco al mármol italiano, pasando por la artesanía andaluza y el refinamiento de la decoración francesa, conforman la amalgama estilística de la que Comacini Spazi se nutre, fusionando todo ello con las posibilidades técnicas y ergonómicas que permiten la arquitectura y la ingeniería modernas.
Un viaje que va desde el redescubrimiento del pasado, hasta el presente y mirando al futuro, transportado a través de elementos y de piezas con historia y con alma que se funden en la modernidad.
Se configura así el punto de partida desde el que se enfoca el abordaje de sus proyectos decorativos, adaptándolos a la personalidad y las necesidades de una clientela que valora la calidad en los materiales, los acabados impecables, la eficiencia y sostenibilidad, para llegar finalmente a la creación de espacios tan únicos como la personalidad de cada cliente.
Un proyecto con Comacini Spazi se plantea como un viaje personalizado y una experiencia a través del arte, de la decoración y del descubrimiento de piezas y materiales que creen al final un hogar o un espacio profesional que cada cliente pueda sentir verdaderamente como propio, pues como decía David Hume, “la belleza de las cosas reside en el espíritu de quien las contempla”.
“Cada mueble, cada pieza de artesanía y cada obra de arte contienen muchas historias, coleccionarlos y utilizarlos en mis proyectos es una forma de rendir tributo a esas historias y de preservarlos para que continúen su viaje a través del tiempo”
Álvaro Luque.